viernes, 3 de junio de 2011

Despedida

Llevo días y días intentando buscar una continuación para esta historia. No la he encontrado.
Releyendo  los dos escasos capítulos que he escrito, me he dado cuenta de que esta historia no es otra de las típicamente tristes historias sin sentido que no llegan a ninguna parte. Por eso ,habiendo  dejado de sentir lo de ‘’oh, que bien voy a escribir un blog’’ , voy a borrar este blog y voy a intentar hablar sobre algo (perdonad que sea tan inexacta) que no tenga nada que ver con esto y que sea más útil para mi y para vosotros.
Supongo que a nadie le importa esto, pero creo que es la mejor manera  de despedir este blog en el que de alguna manera he puesto ilusión y empeño.
GRACIAS A MIS 4 SEGUIDORES Y A MIS 141 VISITANTES.

viernes, 27 de mayo de 2011

Capítulo dos


Todo visto desde un avión parece diferente. Eso fue lo que pensó Ana en el momento que despegó el avión. Sentía que el corazón se le salía del pecho, tenía una mezcla de pánico y alegría que hacía que se sintiese patética, pero a Ana eso le daba igual porque estaba tan ilusionada que los detalles como ese no le preocupaban. No se podía decir lo mismo del chico que estaba sentado a su lado. La miraba con cierta cara de asombro que hacía que Ana se sonrojase.
El chico tenía los ojos más oscuros que Ana había visto nunca, su piel era morena como el chocolate y sus labios carnosos y brillantes. Su pelo era negro y corto. Vestía una camiseta de manga corta y unos vaqueros. Ana, en cuanto vio que el chico se estaba riendo de ella, ofendida le dijo:
-¿Se puede saber por qué te estás riendo de mi? ¿Acaso te he hecho algo o qué?-
-No efectivamente no me has hecho nada. Es solo que me recuerdas a mi hermana pequeña cuando monto por primera vez en avión.-contesto el joven divertido.
-¿Estas insinuando que te parezco una niña pequeña?-dijo Ana ofendida.
-No exactamente. Solo me entretenía mirando tu cara de asombro, pero si hubiese sabido que te ibas a poner así no te hubiese mirado.-comentó él.
-Bueno, la verdad es que puede que me haya pasado un poco. Por cierto, me llamo Ana.-dijo ella algo avergonzada.
-Tranquila, yo me llamo Carlos.-comentó el tranquilamente.

La verdad, es que Carlos era un chico encantador, o eso le pareció a Ana. Casualmente los dos se dirigían a Londres. Estuvieron todo el trayecto hablando sobre sus vidas y riéndose de lo ocurrido. Carlos, le comentó que el había ido a visitar a su familia. Todos los nervios y temores que tenía Ana se esfumaron. Por muy poco que lo conociese, había algo en Carlos que hacía que se sintiese como en una nube. Estaban a punto de llegar al aeropuerto de Londres. Aun estando con Carlos los nervios y temores de Ana volvieron a aflorar cuando la azafata con un tono impersonal que a Ana le ponía de los nervios, comunicó la llegada. Carlos, intentó tranquilizarla. 
-Ana, llevas todo el viaje recordándome lo importante que es para ti estar aquí .¿Ahora que por fin hemos llegado iras a arrepentirte, no?
-¡Pues claro que no!. Es solo que me siento algo insegura. Nada más.-contestó ella segura de si misma.

Por muy insegura que se sintiese, Ana sabía que todo ello no eran más que imaginaciones suyas. Sabía que en cuanto llegase a la escuela todo sería más fácil porque nunca estaría sola, o eso pensaba ella.
Después de despedirse de Carlos no sin cierto pesar y de recoger sus maletas, Ana decidió que lo mejor era ir a la escuela de verano lo antes posible.

Capítulo uno

En el aeropuerto, Ana se sentía más feliz que nunca. Por fin después de mucho esfuerzo había cumplido su sueño. ¡Había conseguido una beca para pasar todo el verano en Inglaterra! .Todo había cobrado sentido al fin.
Ana siempre había sido una chica muy inteligente y estudiosa aunque algo tímida. Sus ojos grandes y oscuros emanaban una luz que transmitía calidez y confianza, sus labios eran pequeños y muy claros. Tenía una larga melena castaña rizada que le llegaba hasta la espalda y le cubría parte del rostro. Era una chica delgada y no demasiado alta. Desde pequeña siempre había tenido un sueño, viajar a Inglaterra. Lamentablemente, sus padres no ganaban suficiente dinero como para permitírselo. Al final, un día debido a sus buenas calificaciones a Ana le dieron una beca para estudiar en la escuela de verano de Brighteston en Londres.
Nunca había estado en un aeropuerto, le entusiasmaba ver la cantidad de gente que veía cruzar de un lado a otro. Esperando a que llegase su turno de subir a el avión, Ana observaba a los pasajeros que se encontraban en la sala; familias felices a punto de irse de vacaciones, empresarios amargados que no hablaban de otra cosa que no fuese trabajo, familias que esperaban con impaciencia a su hijo... Siempre le había gustado observar a las personas e imaginarse como eran y que clase de vida tenían, le parecía divertido e intrigante.
Al darse cuenta de que sus padres la estaban llamando fue corriendo a donde ellos a despedirse. Después de un cálido y cariñoso abrazo para todos y con los nervios a flor de piel, se subió al avión convencida de que aquel sería el verano de su vida.

                                            
                                                         

Introducción

Queridos lectores:
Soy una adolescente de 14 años a la que le gustaría dedicarse al mundo de la escritura. Aunque para ello,obviamente, todavía tengo que aprender a escribir... Para ello, necesito vuestra ayuda.
Siempre me ha gustado mucho escribir, por lo que he decidido crear esta historia de la que espero que algún día pueda convertirse en una novela.
Espero que disfrutéis leyendo esta historia que con tanto cariño estoy escribiendo. Intentaré subir un capítulo todas las semanas.
Podéis poneros en contacto conmigo con este correo:intentandoserescritora@gmail.com
¡Tambien podeis poner vuestra opinión comentando en cada capítulo!

Os dejo con el primer capítulo.